Constanza JiménezPrevio a iniciar la formación en Constelaciones Familiares sentía que se iba a poner en movimiento algo grande, no sabía que me esperaba, pero al finalizar de cada clase, después de cada taller o cuando decantaba alguna información incomprendida, en mi se despertaba alegría, como sí la verdad hubiese llegado como un abrazo de descanso: "qué bueno que estoy estudiando esto" es lo que me repetía, porque esto es la vida, no es para algunos pocos o versados, es una herramienta para todos.
Encontré en la incomprensión mucha comprensión, algo actuaba antes de poder entenderlo. El estudio de esta teoría expone lo más grande, el espíritu, su fuerza y los órdenes existentes, evidenció en mi lo limitado y pobre al pensarme como individual, la teoría y la práctica, el entrenamiento en campo y en la vida misma me permitió sumergirme en lo esencial, sin adornos, me abrió a ver más allá de mi mirada moralista, poder sentir la rigidez propia y de otros y testimoniar como no es otra cosa que amor, amor en otra dirección, amor desordenado, pero siempre amor.
Todos los reproches e inconformidades con los que me había familiarizado comenzaron a moverse y detrás de ellos pude ver el inmenso amor, la inmensa fidelidad que cada una de las almas tenemos para con nuestro sistema. Es realmente pleno, orgánico, les invito que puedan permitirse está exploración porque es llegar a la esencia, al amor.
Gracias Ali y Adri por este gran servicio y la impronta con que lo dan.
Gracias Mamá y Papá por darme la vida y gracias a mi hermano por tanto con tan poco, los
amo.
Constanza Jiménez Torres
COMPARTÍ